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Entrevistas

"El desafío de contar"

En esta ocasión, el diálogo es mantenido con Gustavo Di Crocce, escritor y periodista jacobaccino, que en sus libros interpreta fielmente los silencios y misterios que alberga la estepa.

Fecha: 27 de octubre de 2022
Gustavo de Crocce, escritor oriundo de JacobacciCrédito: Gentileza del autor

Por Sebastián Carapezza

Gustavo Di Crocce es un reconocido escritor y periodista de Jacobacci, que en sus libros interpreta fielmente los silencios y misterios que alberga la estepa. Sus dotes de cuentista revelan una creatividad que invita a conocer la región patagónica. En esta entrevista nos guía por los senderos de la ficción y nos acompaña a divisar en el horizonte diversas estrategias de difusión cultural para potenciar el sector.

¿Por qué será que cada vez que entablamos una charla cordial y mundana con un desconocido es casi una regla que comencemos a hablar del clima? Esta entrevista, que germinó bajo del sol de febrero, no fue la excepción cuando después de la presentación formal, le pregunté cómo estaba el tiempo allá en Ingeniero Jacobacci. Del otro lado de la pantalla, Gustavo Abel Di Crocce, con camisa floreada y mirada de ojos saltones me lo supo precisar: “Hoy hubo sol con viento”. Es que, si bien Jacobacci se encuentra a solo 200 kilómetros de Bariloche, el clima de la estepa es mucho más crudo, punzante, y extremo. Como lo son tantas otras situaciones de la vida en aquellas tierras.

Intriga descubrir la forma en que el viento y la lluvia están presentes en sus párrafos y generan denominadores comunes con escritores de la región, que se reconocen bajo el mismo manto de estrellas y horizontes literarios, sea en las arenas de la poesía o la ficción. El contexto cotidiano donde existimos resulta de esta manera, el mejor escenario para una novela propia donde reflejarlo. 

“Escribo mayoritariamente novelas de ficción y algo de poesía. En poesía se puede encontrar alguna incidencia que tiene que ver con un clima que nos determina a todos en función de las actividades cotidianas. El patagónico tiene una forma de ser especial muy distinta comparado a otras regiones, ya que el clima incide demasiado en nosotros. Por ejemplo, aquí el frío obliga muchas veces a estar puertas adentro. Creo que tanto el viento como cuestiones circunstanciales que todavía perduran tienen reflejo en su gente.

Con respecto a las novelas de ficción, más que el clima, diría que hay alguna representación de cuestiones vinculadas a enigmas o desafíos para la razón” aclara Di Crocce. 

Inicialmente, la reducida población de inmigrantes y los habitantes naturales de este lugar, estaban en su mayoría radicados en el Paraje Quetrequile. La pequeña aldea tomó el nombre de Nahuel Niyeo. Con la llegada de los rieles de Ferrocarriles Argentinos, la población comenzó a concentrarse en este lugar a partir de 1916, y años más tarde tomó definitivamente el nombre de Ingeniero Jacobacci, perteneciente al departamento 25 de Mayo. Durante mucho tiempo fue la cabecera del Ferrocarril de trocha angosta conocido como «La Trochita» que une esta localidad con Esquel, en la provincia del Chubut, desde hace 77 años. Ambos recorridos acompañaron y potenciaron el crecimiento de esta ciudad que, en la actualidad, es la más grande de la Línea Sur, con más de 10.000 personas que albergan en ella un retazo de su historia. 

Estas historias y relatos le sirvieron como insumo para iniciar “La próxima extinción” (2015) y “El enigma de Mullady”, (premiado por el Fer en 2005) ficción que parte de una investigación geológica sobre volcanes en la región. Así es como distintas cuestiones vinculadas con la Patagonia aparecen reflejadas en sus novelas, que hablan de su pueblo, el más grande de los que persisten estoicos en la estepa rionegrina. 

“Si una comunidad como Jacobacci, como tantas otras de la región sur, logró mantenerse y progresar en el tiempo, tiene que (haber sido) por el valor que ha tenido su población. Jacobacci tiene una riqueza muy grande en su gente que busca siempre salir adelante. Es sufrida, curtida, en la que se integraron originarios y aquellos que han llegado de afuera.

Hay mucho pragmatismo en la línea sur porque un año sufrimos sequía, el siguiente cenizas (por la erupción del volcán Puyehue), después una pandemia, y al otro una nevada histórica. Y siempre nos la arreglamos para salir adelante. Hay que ser un pragmático vitalicio para vivir en esta zona y acostumbrarse a cada nueva situación coyuntural que se presente. Quizás por eso se ven muchos trabajos cooperativos”, resume este escritor nacido en 1960 y radicado en Río Negro a los 25 años.  

Cómo las y los autores y personas vinculadas a la literatura trasladan ese pragmatismo de la vida cotidiana a la escritura, cómo se las rebuscan con variables tan acentuadas como la climática, con temperaturas que oscilan entre los 30 grados de calor y los 20 bajo cero. En el medio perduran los escritores y sus obras que antes de ver la luz atraviesan un periplo del cual solo saben los que viven en un pueblo del interior, de una provincia del interior, alejada del ombligo del país.

“Un escritor del interior del país no es ajeno a la geografía en la que vive. Creo que hay todo un mimetismo de cómo funciona la escritura. Podés tener mucha inspiración, pero hay que encontrar los canales que permitan llevar a cabo tus ideas. Y sin dudas uno de los motores para impulsar esta maquinaria de producción literaria en la región sur, está dada por el fortalecimiento de los centros de escritores, porque cuando se hacen construcciones colectivas, se apoyan mutuamente y se fortalecen en sus carencias. Si bien el clima lleva a esa forma de aislamiento para realizar tareas colectivas, cuando se participa en alguno de los centros de escritores ya germina una motivación adicional para escribir, y para llamar a la inspiración, porque ésta no viene sola. La inspiración es ponerse a reflexionar sobre determinadas cosas y qué mejor que hacerlo en un centro de escritores”. 

Siguiendo con esa premisa, intento precisar cómo nació su vínculo con la poesía en particular y la literatura en general.

Así es como Di Crocce, rememora que sus inicios como escritor fue a los ocho años cuando en una pequeña libretita garabateaba versos, con una escritura rimada y métrica. Ya en la escuela primaria integró un periódico escolar donde realizó sus primeras entrevistas. Esos inicios estaban relacionados con haber leído mucho, algo que sin dudas le abrió caminos, y así fue tomando mayor interés por uno u otro género. Ese gusto a la literatura marcó en la adolescencia su relación con la narrativa.

Al respecto el autor confiesa que “en la narrativa trato de que tenga tramas de suspenso, con toques de fantasía que no sabes si pertenecen a la realidad o a la ficción, que sin dudas llevan mucha investigación. Por ejemplo, para el libro “Los profetas de las runas” (2021), leí un libro de neurociencia solamente para extraer un párrafo. O cuando miré un documental sobre Vikingos para buscar un dato específico. Indudablemente para hacer ficción hay que investigar. Si querés inventar una historia de un perro que tiene 7 patas hay que entender primero la fisonomía de un perro con cuatro patas. Entonces el trabajo de investigación muchas veces surge en la revisión del texto. En la poesía en cambio me vuelco a sacar más lo emocional, lo emotivo, lo sensible, a producir todo lo que tiene que ver con los estados de ánimo y trato de compensar todo lo que no pongo en la ficción”.

 Con el correr de los inviernos patagónicos sus trabajos de investigación periodístico lo llevaron a conocer numerosos misterios que tiene el territorio. De allí que sus primeros libros partan de realidades asombrosas de la zona, para articular historias de ficción que transmiten interrogantes y suspensos que brotan en la inmensidad de un horizonte que solo la estepa permite.

En este punto el autor cree profundamente “que el vehículo literario es importante para mostrar cuestiones particulares de esta región, que se conocen solo a partir de la literatura en otras latitudes. Por eso una de las acciones que propuse cuando convocaron a ver de qué manera se podía agregar valor a la Trochita Patagónica, fue invitar a los escritores a hacer ese recorrido, para que reflejen en sus futuros libros esa experiencia y esas comunidades que han sido olvidadas en el tiempo. Porque sin dudas, no solo hay que resaltar la geografía, sino las particularidades de la región, que son muchas”.

Libros, portales y distancias patagónicas

Conversar con Di Crocce es un paseo histórico donde se aprende de anécdotas en tiempo pretérito y de la importancia del dato preciso. La conversación nos lleva por diferentes pueblos de la provincia, por diversas latitudes del país y por una coyuntura que preocupa y tiene que ver con que (en palabras del autor) casi la mitad del país no lee libros, quizás por el avance de las nuevas tecnologías.

Al respecto profundiza que “la pandemia ayudó a descubrir por ejemplo, el zoom y vernos en la virtualidad como algo normal, como una necesidad, y encontrarnos con un montón de cuestiones digitales que ya se venían dando. Creo que así y todo el libro no va a desaparecer porque es muy distinto: lo podés tocar, oler y cuando lo bajas de un estante estás trayendo a un autor de quizás 200 años a la actualidad, estás manteniendo viva el alma, el espíritu y el pensamiento de esa persona.

Creo que la virtualidad por su inmediatez va a ir borrando estas cuestiones. Sin ir más lejos, en la actualidad, si buscas algún blog de más de 10 años, ya no está en la red. Por eso creo que la parte física del libro nunca va a extinguirse, porque tiene un atractivo en el que entran en juego otros sentidos que ayudan a vencer los límites de la pantalla que apunta solo a la vista y al lenguaje, mientras que con un libro se ponen en juego otros aspectos que vinculan otro hemisferio y dan otro sentido emocional.

No obstante, creo que de aquí para adelante nos espera una complementación, entre la edición impresa y las digitales: van a coexistir y se necesitan mutuamente. Porque un libro impreso permite un espectro más amplio de comunicación, porque abre un canal empático”.

Gustavo sabe y mucho del tema, no solo como autor y lector, sino por su vasta experiencia en comunicación social. Él también es locutor nacional y diplomado en educación, y se ha desempeñado en distintos medios regionales entre los que se destacan Radio Nacional (emisora donde trabajó 28 años y desde esa experiencia germinó su libro “Vidas de Radio” (2020), Diario La Mañana Del Sur, Cablevisión Jacobacci y Canal 10. Además es representante de la región sur en el Consejo Asesor del FER, la editorial a través de la que vio la luz su libro “El enigma de Mullady” (2005). 

Por eso siente que en lo que respecta a difusión, el FER tiene una enorme misión. “Creo que no solamente se trata de la edición de diversos autores rionegrinos, algo que sin dudas tiene un gran valor, sino también el desafío de llegar a escuelas, como lo está haciendo.

Entiendo que en la actualidad el FER está en vías de modernizar una estructura bastante obsoleta. Entonces aguardamos que esa modernización permita tener catálogos de autores rionegrinos independientes, donde aparezcan sus obras, y su contacto, más allá de los certámenes que sin dudas son un canal excelente. Sin dudas que esto ayuda a la difusión, ya que si existe la posibilidad de estar en un portal de internet, siempre habrá mayores posibilidades de ser contactado por personas que se quieran llevar un libro de recuerdo, algo significativo de cada lugar”.

En este punto piensa que “la relación con los medios independientes y centros culturales, es uno de los canales principales donde cada organización debería estar dirigida. Creo que hay que salir a mostrar con llegada a diferentes medios regionales”, confiesa este escritor que en la actualidad se encuentra intensamente abocado a la promoción cultural, para que las y los escritores puedan tener esa vidriera y ayudar a que otras personas puedan publicar en diversas plataformas.

Sin desviarse del tema, socializa un ejemplo: “creo que en la región hay muy buenas producciones, sin embargo nos encontramos en un cuello de botella que tiene que ver con la distribución, etapa en la que estamos en desventaja en relación a otras regiones.

En Tucumán por ejemplo la legislatura aprobó una ley mediante la cual el 20 % de las vidrieras de las librerías y sus lugares preferenciales tienen que estar destinados a literatura de su provincia. Eso no pasa en el resto del país. Sin embargo, esa iniciativa me parece una respuesta concreta a la falta de difusión de autores locales, en relación a otros con mayores accesos a canales de promoción. Entonces no resulta parejo para la cantidad de autores que existen en la provincia, que por suerte son muchos.

En la Patagonia además, tenemos otra complejidad que son las grandes distancias que existen para la organización de encuentros o eventos literarios, que sumado al factor climático y a la pandemia, traba muchos mecanismos de difusión. Con este panorama, en la actualidad no debe haber más de diez o doce autores, en el país, que vivan solamente de escribir”. 

Le pregunto con un guiño de ojo si él es parte de ese pequeño grupo y se ríe. Solo se ríe dejando entrever entre sus comisuras que esa distancia está tan lejana como Jacobacci de Miami, periplo que Di Crocce recorrió cuando fue invitado para participar en Miami del “2nd Hispanic Heritage Book Fair” en octubre del año 2019.

Indago acerca de cuánto lo gratificó esa invitación y si tiene comparación con la declaración de interés social y educativo de dos de sus libros por la cámara de diputados de la Nación: “Respecto al evento en Miami, es algo grato pero no me agrega sobremanera. Lo más lindo de este tipo de encuentros, sin dudas, es encontrarse con la gente, con los autores, charlar, no importa si me da una distinción el alcalde de Miami, no es lo que me moviliza.

Es grato que te hagan una distinción o invitación a cualquier evento, pero no es tan importante. Son cosas lindas, que te reconfortan, como si fueran un caramelo, pero no lo andás contando por ahí. Es algo que no podés ocultarlo ni negarlo pero no por eso me cambia la vida. Sin embargo lo más lindo que me sucedió con los libros de narrativa es que han sido trabajados por alumnos de escuelas de otras ciudades, que hicieron un trabajo y una devolución maravillosa en una franja etaria que hay que seducir. Creo que es importante lograr el ida y vuelta con el lector, que vaya viendo la trama, y a su vez pensando lugares paralelos donde pueda dispararse la historia”. 

Obra editada

  • El enigma de Mullady (2005)
  • Enigmario (2006)
  • Un angel inquieto (2013)
  • La próxima extinción (2015)
  • El misterio del dia 14 (2019)
  • Poemas a la luz del sol (2020)
  • Vidas de radio (2020)
  • Los profetas de las runas (2021)

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